Thursday, February 27, 2014

CINCUENTA Y SEIS MESES


Día por día, nuestro devenir es el repetirnos, volvemos en forma permanente sobre lo caminado…nos mordemos la cola….en una de esas reuniones mensuales del sitio en el que prestó trabajo, a las que yo he denominado “minuto cínico”, el expositor máximo de la institución, muy dado a la poesía, hacía mención, de hecho nos leyó la poesía LOS HERALDOS NEGROS, de Cesar Vallejo la misma que comienza con el verso: “Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!”.....en la segunda estrofa de esta poesía se continúa “Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras, en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte,” en la siguiente estrofa se nos dice “Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.”, la poesía culmina repitiendo el verso inicial: “Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!”. Poesía impactante.
Sobre la pérdida de un hijo, golpe fuerte, realidad irreparable, Flavio Paredes Cruz, en un artículo de El Comercio, dice no haber encontrado, una palabra específica que pueda calificar o representar a los padres que sobreviven al golpe de la pérdida de su vástago, menciona el hecho que en la realidad, el silencio y el vacío rodean -implacables- a los progenitores que continúan vivos. En ese artículo dice del sollozo en la poesía de Efraín Jara, ante la pérdida de su hijo Pedro, para nosotros la terrible coincidencia, el nuestro hijo llevaba el mismo nombre, cuanto golpe. “ay pedrocráterextinguido, / ay pedrodesmoronamiento de arena / en el desfiladero insondable de la vida”... “Pedro ya no, tan solo piedra”. El artículo habla que el lenguaje si bien intenta dar cuenta de lo real, no alcanza a hacerlo, intentar poner en palabras una idea, es decirla a medias. No existe una palabra en español u otros, para nombrar a aquellos progenitores que quedan…. Lo que persiste es el dolor de los que permanecen o, acaso, las imágenes de ese Pedro Pablo al que tanto se quiso, y que se quiere, imágenes reconstruidas por la memoria, que en algo comunican esa condición que resulta innombrable. “Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!” Danos señor fuerza para continuar. Pedro, su Pink Floyd, nos los ha recordado José, ….The grass was greener, The light was brighter, The taste was sweeter, The nights of wonder, With friends surrounded, The dawn mist glowing, The water flowing, The endless river….Forever and ever El pasto lucia mas verde, la luz mas brillante, el sabor era mas dulce, noches de milagros, rodeado de amigos, brilla la bruma al amanecer, el agua se desliza, el río infinito,…. Por siempre y para siempre…..

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