Esto es ese algo que tú Ro y tan
Pedro, ya deben saber por habernos acompañado. Bastante frío allá en la
montaña, donde estuvimos hace 3 días, noche abierta, estrellada, con muchos luceros, en un inicio silencio
como lo requiere esa altura, voces más bien alaridos pero muy internos. Dos digamos zoquetes, sentados
sobre una piedra, pensando en el infinito, tratando con nuestros aparatos de
fotos, de captar lo profundo, buscando entender los internos demonios,
haciéndonos compañía, nuestra conversación el recuerdo de aquella otra noche estrellada
cuando tú Ro te despediste de nosotros. Es
nuestro dolor.
Poco antes, horas antes uno de
nuestros cicerones, había contado aprovechando el apurar del arroz con pollo, de
uno de esos incidentes de montañistas esforzados, decía de aquel sujeto que se
hace tarde en su descenso desde la cumbre, habíase quedado solo, bajaba lento,
cuando se topa con varias figuras, silenciosas, aquellas vestidas a la usanza
antigua, grandes sombreros de anchas copas, abrigos holgados, capas llegando al
piso, el sujeto saluda a las figuras, no recibe de vuelta el buenas, admirado
continua su bajar, al pensar en el hecho a más del tremor por el clima frío, se
habla de un escalofrío mental, son acaso los venidos de tiempos remotos
aquellos que topo en su camino, se topó con el pasado.
Ro, has visto que nuestro
amigo José este año ha emprendido el camino a su “Belén”, ha utilizado aquel
juguete llamado tren o chiu, chiu, que fue de Pedro Pablo, que habíamos decidido
sería de él, de José, igual he proporcionado para el mismo, algunas otras como tu
pueblo nevado o invernal, el puentecito sobre el agua que tanto yo molestaba con el
arreglo, más alguna cosa verde del ahura prohibidísimo, aquellos musgos
que recolectamos hace años camino de Mogotes y Salve Facha, que habíamos
guardado, ese es otra de tus obras Ro, el recuerdo de aquello que hicimos
costumbre…… el hacer de una Natividad….vives con nosotros, vivirás con aquellos
que te recuerdan.
He expresado a José, que si bien
hemos vivido ese presente de estos últimos días en esa montaña, en ese vivir hemos sentido
o nos han acompañado los nuestros idos. El presente se hace pasado, pero
nuestros recuerdos nos acompañaran presentándonos a nuestros idos, eso es algo
que perdurará con nosotros, no nos lo pueden quitar…no esta dado el perderlo. Ese pasado es nuestro, vivirán mientras los recordemos.....
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