Saturday, October 3, 2009

SOBRE LA SINVERGUENZERIA Y LOS SINVERGUENZAS


A continuación pongo a su disposición una traducción libre de un artículo del blog de: Ciprian Cioiulescu, Septembrie 28, 2009 1:00pm, http://www.cioiulescu.ro, en el cual el escritor, habla de una raza de seres especiales los sinvergüenzas y la sinvergüencería y como lograr que desaparezcan.

SOBRE LA SINVERGUENZERIA Y LOS SINVERGUENZAS

En primer lugar, quisiera pedir disculpas a todos los sinvergüenzas por el eventual malestar que les va a crear este artículo, a pesar que no me espero que alguno de ellos se sienta mal leyendo este comentario, al final de finales, ellos son sinvergüenzas, y su sinvergüencería no es un error, falta de atención o de educación, ella es para ellos para el sinvergüenza verdadero, su filosofía de vida en la cual cree con firmeza.

En la acepción popular general, un sinvergüenza es un hombre insensible, que tiene una percepción reducida de la realidad, o es un hombre no educado que no sabe como debe reaccionar en ciertas situaciones. Nada más equivocado que este concepto. El sinvergüenza es un hombre bastante sensible, inteligente y educado, de tal manera que entiende perfecto, tanto la situación en que se encuentra, cuanto las expectativas de aquellos con los que se interrelaciona. Un sinvergüenza no va a reconocer jamás –peor aún va a pedir disculpas – cuando se le llama la atención por que ha hecho o realizado algo que molesta, aún mas cuando esta conciente que ha sido delatado por su rubor y su comportamiento. Las reacciones del sinvergüenza a cualquier observación, sea esta de lo más cortes o amable, van desde ha hacerse el sordo, el que no escucha – la observación o crítica que escucha no puede ser contra el, el es impecable, a el no se le puede reprochar nada, talvez la crítica sea dirigida para otra persona- hasta el ponerte un juicio por calumnia o a poner a sus amigotes contra ti. Las reacciones de ellos (de los sinvergüenzas) tienen en común un instinto de defensa de su propia incapacidad.

La base y mito a priori de la sinvergüencería resultaría de el convertir en superioridad el miedo a reconocer el valor personal, el doblegarse y humillarse como persona. No pienso que exista un sinvergüenza que no haya sido humillado y abusado de otros cuantos sinvergüenzas – incluyendo aquí la posibilidad de que fueran sus propios padres - hasta que en un final el individuo no tenga otra solución que obedecer este modelo y mito. (el sujeto se transforma en un perfecto sinvergüenza). El sinvergüenza no es superior en merito a alguna cualidad o cierta acción, el pertenece en su totalidad a una especie superior, formula por la cual evita en forma muy hábil el tener que probar su superioridad. Los demás pertenecen a otra raza, de costumbre llamada la raza de “los tontos o estupidos o inocentes”. Esta edificación delirante – su mentira mas preciosa – llega con el tiempo a ser su único medio mediante el cual el sinvergüenza puede asegurarse un respeto para si mismo. Ya no pudiendo enseñar su humano rostro, demasiado vulnerable, el sinvergüenza llega a renunciar a las relaciones interhumanas normales y por estas renuncias llega a abandonar a su mas secreto sueño, el ser amado y respetado o por lo menos aceptado como lo que es y no de la forma en que se presenta. En consecuencia, el sinvergüenza es un lamentable perdedor y un hombre el cual - una vez aislado – debería ser ayudado, sostenido y consolado.

El problema no lo constituye el sinvergüenza como un individuo pervertido y cautivo, el problema es la sinvergüencería como una plaga. A semejanza de las cucarachas que son atraídas por la comida alterada, estos rastreros se multiplican al infinito hasta cuando alguien decide limpiar la casa. En caso contrario, la plaga ocupa todo el espacio que tiene a disposición hasta cuando te das cuenta que ahí desaparecio la casa de un hombre. Paradójicamente, el sinvergüenza tiene una importante desventaja moral: su deseo de comportarse civilizadamente, inclusive con los otros sinvergüenzas. Si tu no te has supuesto a la delirante creencia que el mundo esta formado de sinvergüenzas, de sus amigotes y de una gran masa de tontos, es muy difícil enfrentar a una mayoría para la cual ese delirio es la realidad. De cualquier forma el efecto acomodaticio del hombre es fuerte. Si tu estas demasiado tiempo en un aire colmado de flatulencia, empiezas a pensar que ese olor es natural, y hasta puede ser que empiece a gustarte. Poco a poco te encuentras con el voluptuoso gusto de la flatulencia. Y si todo el aire apesta, porque no puedes tu también aportar con lo tuyo?.

En un final:¿que habría que hacer con esta fétida plaga?. ¿Nos adaptamos o nos oponemos?.¿Luchamos contra ella como buenos varones o aprendemos métodos resbalosos? ¿O tan solo nos tapamos la nariz?.

Nada de lo dicho anterior, por suerte el período de los sinvergüenzas ya paso. Nuestro paciente ser ha empezado a sacudirse de estas hiedras. La dignidad de los valores esta en nuestros lares en camino de restitución. Tenemos que continuar limpiando nuestra casa. Podemos tranquilamente reírnos en sus narices, sabiendo que los sinvergüenzas han empezado desde ya, por la falta de miseria nuestra, ha comerse entre ellos y ha ser abono para la tierra de nuestras flores.

No comments: