Cocinando choclos y el ignorito
Impotencia, resignación, el
tiempo jamás correrá hacía atrás, siempre habrá un hacia adelante, los granos
de arena de la clepsidra seguirán cayendo,
aun cuando se terminen, aun
cuando nos olvidemos de dar la vuelta al reloj de arena, los segundos seguirán
su paso, es inexorable el final, existe el decir las cosas pequeñas deben
valorarse, este es el caso de este mi recuerdo.
Una laguna, una cabaña cerca de
la orilla del lago, un paseo a visitar ese sitio, los compinches Pedro Pablo con
su socio Fernando, tomaron recuerdos en forma de fotografías, las de la cabaña
del lago, de los alrededores, fueron puestas en conocimiento de aquellos amigos
y de nuestros visitantes de este sitio. Rodica se guardó de publicitar lo que a
ella le gustó sobre manera, una captura de un fogón en donde se cocinaban
choclos a lo primitivo, leña o madera seca encendida directo sobre el piso, una
parrilla de hierro, colocada en soportes de ladrillos, enrejado metálico sobre
el carbón al rojo vivo, ollas, calderos de bruja con los choclos en hervido, el
decir el camino al cielo cruza un infierno, deliciosos los choclos en el tamaño
hambre que nos manejábamos, que vio Ro en esta foto que le gustaba tanto como
para hacerla solo suya, la disposición de la madera, las luces y sus sombras,
lo rústico, lo simbólico, existe apenas se distingue una banca de vehículo para que repose la
elaboradora de los choclos, creo que hubo igual habas…. No estamos en esa
vista, pero estuvimos ahí, fuimos dos los del lluvioso recorrido, fue una la
que dispuso guardar la ilustración, fuimos tres los que participamos en ese
hecho, soy uno viviendo el recuerdo de los tres, mis dos hijo, compañero,
compinche se nos fue primero, lo ha seguido mi sostén de toda nuestra vida.
Me he encontrado con esa flor que
nosotros bautizamos al desconocer su nombre como la ignorito, su fuerza de vida
es increíble, ha florecido aún en el intersticio entre piedras de una fuente de
agua en un patio abandonado, sola con su belleza, eso he encontrado.
Jirones, pedazos de vida pasada, acuden en forma
de recuerdos, aquí estoy escribiendo estos recuerdos, pequeñas flamas junto a
mí, mis velas, mas velones, tratando de
vencer la soledad, la obscuridad, el sentimiento de frío, nuestros pájaros
dicen hacer silencio, dirán que duermen, las sombras están despiertas danzando
al vaivén de las corrientes, vienen, se van, tocan lo que no deben, el
reclinatorio, oratorio, vuestro sitio de descanso y recuerdo, recuperado de un
gallinero, todos juntos, yo en materia ustedes en digamos recuerdos, cuanto
pesan los recuerdos en mis maitines, cuánta razón tenía ese pensador al decir…
no vemos las cosas tal como son, sino tal como somos, soy el que ha quedado,
veo recuerdos, otro de los existenciales decía la existencia precede a la
esencia, vivo el día por día acompañado de la esencia de mis seres idos., mi
invisible compañía , la soledad es razón o sentimiento. Angustia, fe.
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