Este artículo denominado: "Adiós, Pedro" ha sido publicado en el períodico Aula Magna de la Universidad San Francisco de Quito,de 6 de julio del 2009, que circula como un suplemento que se entrega a los suscriptores del Diario Hoy, opinión de Alvaro Aleman,un especial amigo de Pedro Pablo, opinión por la cual agradecemos al autor y con la cual como padres coincidimos.
El estudiante Pedro Pablo Maldonado Omat falleció como resultado de complicaciones pos operatorias que surgiero despues de una operación al cerebreo. Es paradójico, porque Pedro se destacó consistentemente como alumno debido a su capacidad intelectual. Conocí a Pedro por primera vez en el año 2004, primero como estudiante en mi clase El Ser y el Cosmos, luego como alumno en un curso sobre las películas de Alfred Hitchcock. Pedro era un sujeto imponente, de 1 80mts de estatura , cuando menos, y de una corpulencia considerable, agudo y crítico siempre, a veces inapropiado socialmente, su vitalidad, curiosidad y diferencia lo marcaron como un alumno distinto, sui generis.
Pedro encontró grandes dificultades en encontrar su centro. Ingresó originalmente como uno de los alumnos prometedores del programa de becas Einstein, aunque pronto halló dificultades al intentar empatar con el sistema universitario. Tuvo roces frecuentes con compañeros, con autoridades, con el mismo mecanismo de asistencia financiera que le permitió ingresar a la USFQ, tuvo dificultades en entender sus propios límites , junto con sus deberes y atribuciones. . .
Pese a ello, Pedro persistía, nunca dejó de señalar que, pese a todas las dificultades que tuvo que enfrentar, la USFQ representaba una orientación educativa que le permitía explorar su verdadero potencial y alcance. Reconocía con frecuencia sus falencias y volvía a intentar . . .
Su presencia en los pasillos de la USFQ durante estos ultimos años ya era legendaria, caminaba de arriba abajo, gritando a su teléfono celular, en Rumano, mientras intentaba calmarse o argumentar a favor o en contra de alguna disputa que para él resultaba indispensable. Pedro caminaba y luchaba por encontrarse y enrumbarse y avanzar y lo hacía poco a poco. . . No creo equivocarme al señalar que Pedro encontró un nuevo rumbo. Se apasionó por las artes, el dibujo sobremanera y el diseño y aplicó sus considerables talentos técnicos al ejercicio y a la práctica de descubrir y habitar nuevos horizontes.
Y aunque le fue dificil, Pedro atrajo a su alrededor varios amigos, personas, como yo, asombradas por su pasión, por su determinación, por su sinceridad, entrega e inteligencia. No tenía miedo de ser diferente, ni de anunciarlo y esa fortaleza de ánimo, estoy seguro, impactó muchas vidas durante su permanencia en la Universidad. La USFQ fue siempre un soporte para Pedro: su plantel docente, sus oportunidades, sus espacios para la expresion libre y el disenso.
Y Pedro fue un ejemplo, para quienes tuvimos la suerte de conocerlo, de toda la amplia gama de sentimientos y desafios que implica la docencia: frustración, angustia, malestar, pero también orgullo, satisfacción y el convencimiento de que la enseñanza/aprendizaje es un proceso que dura toda la vida, y, a veces, horriblemente, hasta la muerte.
Pedro Pablo Maldonado deja un legado inmenso tras de sí: la inquebrantable convicción del valor de la diferencia en nuestro cuerpo estudiantil junto con la dolorosa –y bienvenida-- realización de que estamos indisolublemente vinculados con las vidas que tocamos y que nos tocan, hasta la eternidad.
Paz, Pedro.http://www.usfq.edu.ec/el_periodico/aula_magna/06-07-2009.pdf
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