Friday, February 26, 2010

EL DÍA DE HOY 26 DE FEBRERO TAMBIEN ES NOCHE DE LUNA

Lo que ponemos a continuación es producto del sentir de Jose, el amigo de Pedro Pablo, a partir de una noche de un día 26 de un mes pasado... dos fotos de esa noche y una primera parte del texto que nos lo ha entregado el día de hoy en del cual nos hemos reunido para conversar algo de nosotros y de Pedro Pablo recordando que este fue su día de nacimiento y tambien el nefasto primer día al que lo llevó su enfermedad....... Gracias José. Junio 26. Recibes la llamada que tanto temes. No te imaginas que será esa. Solo vez que en tu teléfono aparece el nombre que ya ha sonado incontables veces.
Te dicen que es muerte cerebral.
Así de frío es el diagnóstico, que no logras asimilar al instante, debido a la brusquedad de la noticia. Detrás de esas dos palabras, bajo el telón surgen otros significados, muy personales:
Ya no van a haber mas visitas al asilo, ni más música o cómics o anime o series o películas; no mas caminatas vagabundeando por la ciudad, o perdiendo el tiempo en la terraza del asilo, ni mas clases de dibujo; se vienen como avalancha recuerdos, anhelos, melodías, nombres, sucesos, rostros, palabras; ya no puedes ordenar tus ideas, sabes que todas tienen un sentido pero este es caótico.
Apenas si recuerdas lo que balbuceaste por la línea. Cierras el teléfono, confundido, sin saber como reaccionar, ni que decir.
La situación, las palabras, las ideas, todo se funde en un solo grito de llanto que hace ebullición desde la boca del estómago hasta el hocico.
No puedes contenerte. Ellos tratan de calmarte. Pero es imposible calmarse. Te llena una desesperación, que si fuera física tuvieras ese mismo instante la fuerza de veinte hombres para quitártela de encima y evitar así que te asfixie. Pero esta sofocante sensación viene de adentro. Como un agujero negro, con la fuerza de mil gravedades que va llenando de angustia tu espíritu, te hace sucumbir lentamente en un sopor lacrimal.
Lo único que atinas a hacer es coger la cámara de fotos. Sales a la terraza. Ves como la luna se va ocultando en la montaña. Desarmas el trípode, lloras, abres la maleta y sacas la cámara, y lloras.
Lloras mientras tomas las fotos. Es un proceso totalmente automático, armar los lentes, enfocar, disparar, enfocar, disparar, llorar, enfocar, disparar, secarse el rostro, enfocar, disparar, no pensar, no pensar, no pensar nopensarnopensarnopensar!!!!
Te pasas la noche entera escuchando música. No puedes dormir. No quieres enfrentar este dolor en sueños. Al menos despierto estás mas consciente.
Recuerdas lo último que conversaste con él. La última frase, la última canción, lo último de todo. Porque al menos el consuelo está en como terminó. Esbozas una sonrisa cargada de una agridulce nostalgia. Al menos te pudiste despedir. No lo sabías en ese entonces, el momento que lo abrazabas y le decías que lo querías mucho, pero ese fue tu último momento con él.
Y vienen las lágrimas. Fluyen rítmicamente con la guitarra que suena en Wings… y le preguntas lo mismo que en esa estrofa que te estremece:
Daylight dims leaving cold fluorescence-Difficult to see you in this Light - Please forgive this selfish question, but… What am I to say to all these ghouls tonight?
Y los recuerdos brotan como las lágrimas. En unas pocas horas debes ir al hospital. Sus padres están ahí.

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