Como no agradecer

Fue una fuerte curiosidad la que me empujo a buscar entablar una conversación con aquella especifica persona de un grupo de iba a un paseo, persona que había sido etiquetada en el sentir grupal como de muy mal genio, ella tenia y mantiene sus razones para su comportamiento, acorto el cuento, de a poco conseguí que riéramos juntos al final conversamos de mucho, después a lo largo de algunos días compartimos sobre el porque de mi voluntario retraimiento social, mi forma de sentir o percibir el vivir, algo sobre la suya forma de ser. 

Tengo que agradecerle a ella por sus sentires, por haber podido yo asimilar algunos de aquellos consejos que me convenían de los que de ella he recibido.

Me he obligado bajo su empuje a ratificarme de forma más fuerte que la vida hay que hacerla viviendo, se ha consolidado en mua el hecho de que el pasado es un recuerdo que nos dice de donde, del cómo he llegado a lo que soy, que debo continuar viviendo en forma optimista con alegría el presente, alegrándome de las pequeñas cosas de la vida, buscando hacer, lograr aquello que aún quiero lograr. 

He aquí el problema, esa definición esquiva que aún está en construcción, que tengo que definirla. Paso a paso, lo fundamental lo he hecho, al momento estoy cambiando mi exterior como un reflejo de lo que en el interior igual lo estoy haciendo. 

Llevo ahora conmigo por junto a mis otras sombras esta otra nueva  sombra que me acompañará de ahora en adelante, la misma que se unirá al tropel  de sombras a la que he llamado arrepentimientos.

Me duele no haber podido apoyar a mi amiga en una mejor forma y manera como ella lo hizo conmigo, lo he intentado, me he ofrecido a hacerlo, pero siempre he encontrado su negativa a perdonar que no significa olvidar muchas cosas infortunadas que le han sucedido, inclusive algunas infortunadas ocasionadas involuntariamente por mí, a lo que sumo su refugiarse en sus fantasías, en sus quehaceres, en sus lazos, que le impiden tomar libres decisiones y el vivir en el presente.

La también verdad es que los lustros que he vivido, aunque se evite decirlo son una carga que no se puede soslayar, se afirma que la edad está en la mente, comprobado esta que no se puede vivir de fantasías.

En el encabezado, he dicho como no agradecer, lo estoy haciendo, agradezco todo incluido mi día a día, he recibido la floración de un cactus que lo tenia olvidado, agradezco la flor e inclusive sus espinas que me han recordado la belleza de pincharse los dedos y claro el sentir en general. Una foto algo muy clara pero difuminada, en cuyo centro la flor deja sospechar su algo en marcha.