Desde hace algún tiempo me viene remordiendo el pensar en esta desgraciada armonía nórmala entre los opuestos y sus significados en nuestro recurrir del día a día, en donde se supone que siempre deberíamos buscar un cierto equilibrio que no puede ser el estático medio ni tampoco un movimiento de una abertura demasiada exagerada entre esos extremos, ni tiempos de recorrido entre limites demasiados largos o cortos, en que porquería se transforma esto cuando lo aplicas a ti mismo, por ejemplo dices estoy alegre y pasas al otro lado a soportarte con un estoy triste, cuan alegre puedes estar, que tiempo puedes mantenerte en ese estado, de a poco vas retornando al otro lado y claro puedes pasar raudo por el medio y llegas a topar el otro extremo y asi en continuo, listo eso es todo, alguien a quien conozco me ha sorprendido cuando me ha escuchado de pasada hablar del columpio de la vida y se ha puesto a reflexionar entre la subida y bajada aplicándole a las nuestras emociones, tema difícil, me da escalofríos.... suficiente hasta aquí llegue, ese bendito sanador bien conocido se atrevió con su verdad a decir, ningún arbol puede crecer hasta el cielo sin que sus raíces hayan llegado al infierno, la conclusión que es mía es que obedece a su entorno y en su entorno se desarrolla, su vivir ha encontrado en esas condiciones su equilibrio. Para mi algo que estoy procesando, es el asunto que somos pensantes, talvez debemos encontrar en nuestro entorno nuestras condiciones de equilibrio y la fuerza para tratar de mantenernos en ellas.
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