Mi auto retrato, por asunto de sinceridad lo he llevado a blanco-negro, el mismo me dice que si continuo siendo sincero, no me puedo o debería permitir el mentirme a mí mismo, la idea que pretendo demostrar es que mi interior lleve concordancia o refleje lo que dice o demuestra el exterior, me bien pregunto, esta figura por mi capturada me está brindando la capacidad de llevarme a conocerme a mi mismo en mis luces y sombras internas, mi amor propio será el suficiente como para obligarme a hacerlo, a partir de este algo cierto que es la foto, podre llegar a algo que solo yo como la persona retratada conoce, esta es mi situación o dilema.
Veamos lo que dice el exterior, de cierta manera o en parte ese exterior me indica que me asemejo a mi progenitor, debo reconocer que no es esta cierta semejanza muy de mi agrado, esta conclusión es inducida en mi por los recuerdos de una figura paterna rígida, muy poco dada a la demostración sentimental, de su dejar de ser mi padre que encamino mi seguir por rumbos que de otra forma no los hubiese tomado, en final me reconozco en lo que soy en externo e interno.
Qué decir del cabello en esa cabeza algo normal ovalada, por sugerencia correcta de una persona que quiero mucho, deje mi trenza, es decir la corte, hoy hay pelo corto, así deje de ser un inconforme externo, un doliente de los suyos idos, pero eso es externo, el dolor va por dentro, en el inconforme vive y late una férrea voluntad de cambio, por afuera ya el color blanco del cabello va siendo predominante, bueno estoy de acuerdo con ese color, según los entendidos da al agraviado por los años un toque de distinción, será eso o una advertencia para todos, cuidado con ese raro bicho, es de la época de los dinosaurios que ya se extinguieron, prohibido quererlos.
Dos orejas no muy grandes, pongamos medianas que lógico no pueden indicar cierta pérdida selectiva auditiva, una nariz algo ganchuda que debió ser recta, pero tiende hacia la derecha pues está demostrado que la izquierda es de bandidos. Unas cejas estilo escandaloso tipo diablo que deberán ser tijereteadas para evitar la comparación con el dueño del inframundo, en el que a veces nos metemos todavía de visita. Boca no grande a pesar de las tamaño barbaridades que a veces salen de la misma, labios más bien delgados que a veces cuando le conviene permiten entre risas la aparición de una viperina grande.
En todo caso no es boca de locro, el sujeto habla cuando lo provocan, y si es verdad dice entonces cosas en exceso.
Cuencos oculares un poco profundos, ojos centrados no achinados, en los cuencos, ojos de ese color verde dicho mentiroso, que no pegan con la sinceridad y brutalidad en que a veces manifiestan su no concordancia con el mundo.
La corteza que recubre los huesos, piel de la cara, demuestra no ser tersa, lleva ese cuero muchas imperfecciones, micro y macro granos, la superficie lleva la marca de todos esos sus mayos vividos, son evidentes las arrugas localizadas en donde deben estar localizadas, alrededor de ojos, alrededor de labios, digo se demuestra esa supervivencia del sujeto a problemas existenciales, perdidas entre tantas otras.
Podrá la búsqueda de felicidad reflejarse en un rostro, pienso que de alguna manera puede darse, podrá ser músculos faciales destendidos, una cierta benigna borregada ausente mirada, nada de fruncimientos, una sonrisa hipocritona, por lo que puedo ver, intuyo, presiento con ese tercer ojo que no sale en la foto, hay mucho interior en que trabajar para mejorar el exterior, pero todo se logra con voluntad y trabajo. Pero algo hay cierto, este rostro agradece, ama el haber vivido, continua amando, quiere amar, viviendo el día por día con optimismo, da gracias a los amigos, porque no también a sus enemigos, la sal de la vida, no solo lo dulce, necesarios los opuestos.
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