Tomado de El ComercioEnojos y alegrías9/15/2008
Por Enrique Echeverría G.
Vivimos una época en que aflora la pasión colérica y si no observan límites podría evolucionar hasta odio entre los ciudadanos, por motivos políticos. El enojo viaja en avión, helicóptero, vehículo de motor, locomotora y hasta en bicicleta desde Quito a las provincias, cantones, parroquias y recintos, donde pronuncian discursos y más discursos, realizan ofertas a granel y descalifican a una parte de la población identificada, por los oradores, como pelucones, bestias salvajes, gordas horrorosas, majaderos, idiotas, etc. etc. Que algunos son, lo son; y los hay, pero de los otros también, como ya hemos visto con los santos, ángeles, arcángeles y querubines de Montecristi, tan “transparentes” que no les han podido ver ni al momento en que cambiaban el texto de la Constitución.Pese a todo, acá, abajo, en el Estado llano , por lo menos en Quito el buen humor y la risa espontánea continúan.No faltarán diestros profesionales o jóvenes villamelones en política, que se armarán con una muleta para lidiar al bravo de Carondelet, dotado de trapío y empuje, con pases forzados de pecho, los pies bien puestos en la arena política, parando, mandando y observando todo el arte del famoso Cúchares, para rematar, sin fallar, con chicuelinas.Y deben hacerlo bien, con estilo y elegancia, guapeando, porque el toro podría propinar la estocada final al matador.En este Quito, donde tiene su residencia el buen humor, aparece un libro valioso cuyo autor es Gabriel Garcés Moreano, periodista de larga trayectoria que continúa deleitando, cada día, en el vespertino Últimas Noticias con su columna de igual título que el libro ‘Pensándolo Bien’.“Según el poeta, Quito es la capital de las nubes. Por eso el Gobierno reside allí”, explica Garcés (‘Polvorín’) en este libro. Añade: “Son los políticos los mejores clientes de las casas de cambio”, seguramente recordando los cambios de camiseta para estar a la última moda y al último Gobierno de turno.En todo tiempo hay quienes obtienen ventajas. “Los arribistas actúan por lo bajo”, explica Garcés Moreano.Cuando la atmósfera social se torna gris y aparecen brotes de cólera, que pueden derivar en odio social, no hay oportunidad para reír.Pero ‘Polvorín’ da un giro, explicando que cabe reír en busca de una larga vida.Sentencia: “La risa asegura la longevidad; pero ya no hay de qué reírse”. “Los sinsabores son también sin olores y sin colores”.Por la posibilidad de nuevos torneos electorales, pregunta: “Si unos son los llamados y otros los escogidos, entonces, ¿para qué convocan a elecciones?”.Proveniente de la ciudad de Otavalo, el autor observa que: “San Pedro le está quitando agua al lago San Pablo”. “Goethe pidió ‘luz, más luz’ como si hubiese vivido en Quito”.“Unos pagan el precio de la fama y otros se van sin pagar”.A reír, a pesar de la tormenta política, que ya pasará.
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